Decía Guy de Maupassant que:
"sea lo que sea lo que se quiere decir,
solo existe una palabra para expresarlo, un verbo para
animarlo y un adjetivo para calificarlo".
Nadie como él podría escribir un cuento tan terrible,
con palabras tan hermosas y cuidadosamente elegidas
para expresar exactamente el poderoso sentimiento de
injusticia que traspasa sus páginas y nos sacude como si el
mismo autor nos estuviera zarandeando con sus manos.
EL CIEGO (Fragmento)
El invierno era duro y el deshielo tardaba en llegar.
Y un domingo, camino de misa, los granjeros
observaron un gran revuelo de cuervos que
daban vueltas sin fin sobre la llanura, para luego
dejarse caer como una lluvia negra, en montón,
sobre el mismo sitio, alzar el vuelo y volver de nuevo.
Guy de Maupassant
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