SIN VIENTO
Arrate Gallego SIN VIENTO En la ciudad sin viento nadie entendía lo que significaba esa palabra. Sentada en la plaza principal, bajo un estático sauce llorón, intentaba explicarles lo inexplicable. Los niños no alcanzaban a comprender, cómo se puede tocar algo sin verlo, aunque lo estés mirando. Los hombres del lugar, no conseguían imaginarse el humo de sus chimeneas haciendo desiguales dibujos en el cielo y que la niebla desapareciera de pronto, como si algo mágico la empujara. A las mujeres, les parecía increíble, que su ropa mojada pudiera secarse si la acariciaba el viento, impregnándola de múltiples olores. Pero más desconcertante les resultaba a las ancianas del lugar, escuchar de mis labios, que el viento viajaba por todo el mundo, pasando a nuestro lado y susurrando lejanas historias, o llenando de quejidos nuestra casa. A todos les asustaba oír, que a veces el viento podía rugir encolerizado destruyendo todo cuanto encontra